martes, 22 de diciembre de 2015

Hace poco leí un estudio que decía que se ha observado que el estrés y la ansiedad de los niños, en promedio, se eleva en diciembre. En un niño estresado o ansioso, es más recurrente que haya rabietas, rebeldías, cambios de comportamiento ("inexplicables" para los padres que no se dan cuenta de lo que, muchas veces, ellos mismos están causando). 

Muchos niños viven bajo amenaza estas fechas. 
"Si te portas mal no habrá regalo"
"Recuerda que Santa te vigila"
"Tienes que ser un niño bueno para que te traiga tus regalos". 
Y santa pasa de ser algo mágico y lindo, a ser una herramienta de premiación o castigo. Si hasta he visto que lo usan para forzar a los niños a comer, e incluso para intentar que aprendan a ir al baño (porque "santa no visita a los niños que se hacen pis encima", imagínate). 
Y así mismo está lleno de niños estresados, y que apenas ven a un santa en el centro comercial se ponen a gritar del susto... miedo a ese viejo desconocido que los vigila.

En el jardín de mi hijo me han dicho que está rebelde estas últimas semanas. Y si que lo está (coincidiendo con que está llegando a los 3 años y la etapa de rebeldía es parte de su desarrollo sano y normal). 

En casa no usamos a santa para amenazar. Le hemos explicado que nos damos regalos ese día porque nos queremos, y que santa le traerá su bici porque ya le mandamos los materiales para hacerla, y que eso no depende de cómo se porte. Que él se porta como un niño, y si nos "portamos bien" (algo muy relativo según quien evalúe lo que es buen comportamiento), es porque de esa forma nos llevamos mejor con la gente, vivimos en armonía, y nos hace sentir bien a todos. 

Pero en el jardín si que usan a santa como amenaza. Si hasta les han dicho que el viejo los mira por las cámaras, o que llama por teléfono para saber cómo se están portando. Y en la calle, muchos vecinos con los que casi no hablamos se acercan en esta época a preguntar si "se portó bien el niño". Si hasta en el supermercado, cuando se acerca a saludar a uno de los señores vestidos de duende (esos que él cree que son ayudantes de santa), le preguntan qué pidió y si se portó bien para que se lo traiga. Y ahí estoy yo detrás, explicándole una y otra vez que eso lo dicen porque no saben, que esos no son ayudantes de santa de verdad, o lo que se me ocurra en el momento, que pueda entender un niño de 34 meses, y recordándole una vez más que nos portamos bien porque nos sentimos bien haciéndolo, y porque él ES un niño bueno. 

¿Cómo no va a subir su nivel de ansiedad con tanta información contradictoria? 
¿Qué genera eso en un niño? 
¿Cómo escapar de la "amenaza" de la navidad, sin dejar de vivir la "magia" de la navidad? 

La verdad es que a estas alturas del año, ya quiero que sea la noche de navidad, ver su carita al ver su bicicleta, y que no haya más amenazas hasta el próximo año, en que estará más grande para explicarle mejor las cosas.

Deberíamos tomar conciencia del daño que hacemos al usar al pobre viejo de rojo como una amenaza. Los niños merecen vivir la magia de la navidad, sin condiciones. Portarse bien condicionado a un premio no es aprender el valor real de hacer las cosas bien, sino que sólo los convertirá en adultos que actúan por interés. 

¿Quieres que tu hijo siempre haga las cosas buscando una recompenza? La educación real, no se basa en premios ni castigos, no condiciona el actuar en base a motivaciones externas. La educación de verdad, esa que deja huellas y personas con valores reales, requiere paciencia y mucha explicación, sobre las consecuencias reales del actuar. Toma más tiempo, sobre todo en los primeros años que el niño no entiende mucho, pero a la larga se vuelve más simple, porque generas una relación de amor y respeto con tu hijo, y no necesitan rebelarse para llevarte la contra en cosas que no entienden.